El largo viaje de los microorganismos a gran altura

Elevarse entre 1.000 y 3.000 metros de altura, recolectar muestras de aire y analizar los microorganismos presentes en los filtros ha sido la tarea que ha realizado un equipo internacional en el que ha participado ISGlobal.

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La investigación ha encontrado microorganismos patógenos viables en la troposfera, algunos con resistencias antimicrobianas. Foto de Ross Parmly en Unsplash.

Hasta ahora, se había analizado la presencia de microorganismos en nuestro interior, en superficies, suelo, agua, aire… ¡pero no en aire a tanta altura! Ahora, un equipo investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha realizado el primer estudio donde se han tomado muestras de la troposfera para ver su contenido en microorganismos y qué recorrido hacen.

El aire que se eleva en China continental se desplaza hasta Japón, donde desciende en la ciudad de Tokio debido a las condiciones meteorológicas del invierno. Estas corrientes de aire son precisamente los caminos que siguieron los investigadores para tomar hasta 22 muestras de filtros de aerosoles.

El análisis posterior ha revelado que hay más de 570 géneros diferentes de microorganismos, entre hongos y bacterias, en la troposfera. Estos se asocian a los aerosoles, a menudo acompañados de sulfato de zinc y potasio, sustancias utilizadas como fertilizantes y pesticidas. Esto indica un origen agrícola, muy típico del noreste de China, capaz de recorrer en el aire más de 2.000 kilómetros de distancia.

Entre los microorganismos identificados, se han encontrado patógenos en estado viable, con capacidad para infectar y causar enfermedades en personas susceptibles e inmunodeprimidas. Además, algunas bacterias muestran resistencias a antibióticos de uso común. Esto sugiere que la resistencia podría propagarse a grandes distancias, algo que hasta ahora era desconocido.

Las muestras de aire que se tomaron a 1.000 y 3.000 metros de altura tienen resultados similares a muestras del suelo de la ciudad de Chōfu, cercana a Tokio. La comparación evidencia que el aire desciende desde grandes altitudes hasta la superficie, una explicación que ha sido simulada con los modelos realizados por Roger Curcoll, investigador de la BarcelonaTech-UPC.

Xavier Rodó, primer autor del artículo, explica que ciertos materiales pueden desplazarse largas distancias en el aire porque a mayor altitud nos alejamos de la superficie y hay menos fricción. Lo que ahora ha descubierto el estudio, con colaboraciones internacionales, es que los microorganismos también pueden desplazarse a grandes altitudes y que, aunque sean condiciones duras, se mantienen viables. “Estos datos representan un cambio de paradigma en nuestra comprensión de cómo la salud humana puede verse afectada por patógenos que prosperan en el ambiente, especialmente en el aire”, afirma Rodó, destacando la necesidad de seguir investigando la propagación de microorganismos patógenos a grandes distancias.

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