Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) han realizado una investigación sobre el papel de la prolina en la depresión. El estudio ha analizado cómo afecta este aminoácido en humanos, ratones y moscas de la fruta y concluye que la relación entre una dieta rica en prolina y la microbiota intestinal puede conducir a un estado anímico más depresivo.
Los equipos dirigidos por José Manuel Fernández-Real y Jordi Mayneris-Perxachs del IDIBIG y Rafael Maldonado, investigador de la UPF y adscrito al Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), han estudiado cómo el aminoácido prolina, afecta al estado depresivo en humanos. Para hacerlo, el primer paso fue pasar un cuestionario para medir el ánimo depresivo en 116 pacientes del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta y analizar el tipo y cantidad de aminoácidos en su dieta. El aminoácido más repetido entre los pacientes más depresivos fue la prolina y analizaron sus concentraciones plasmáticas. Los resultados mostraron que, aunque las personas con altas concentraciones de prolina tienden a ser más depresivas, el alto consumo del aminoácido no siempre comporta altas concentraciones sanguíneas. Fue esto lo que llevó a los investigadores a pensar que la microbiota intestinal podría tener un papel en el transporte de la prolina hacia el cerebro.
Trasplantar microbiota a ratones y moscas
El primer paso para comprobarlo fue el trasplante de microbiota de los participantes en el estudio a ratones, mostrando que los roedores más deprimidos eran aquellos que recibían bacterias de participantes con altas concentraciones de prolina. La segunda comprobación fue analizar el estado de ánimo depresivo en moscas de la fruta (Drosophila) introduciendo bacterias asociadas al consumo de prolina en su dieta. Se observó que las moscas que ingerían Lactobacillus –asociado a menos depresión en ratones– eran más propensas a superar las dificultades que aquellas que ingerían Enterobacter –asociado a más depresión en humanos–. Por último, la eliminación de los canales cerebrales de transporte de prolina en moscas genéticamente modificadas, supuso la obtención de individuos mucho más resilientes a la depresión.
“La demostración de que el trasplante de microbiota transfiere el fenotipo depresivo de humanos a ratones y genera alteraciones en el transporte de la prolina indica una posible asociación causal con el estado de ánimo depresivo”
Rafael Maldonado (MELIS-UPF)
El estudio demuestra que la prolina tiene un efecto en el estado depresivo de las personas, los ratones y las moscas. Este descubrimiento del papel de este aminoácido en la enfermedad abre puertas a plantear nuevas vías de tratamiento más eficientes para la depresión basadas en la dieta.
Mayneris-Perxachs et al., Microbiota alterations in proline metabolism impact depression, Cell Metabolism (2022). DOI: 10.1016/j.cmet.2022.04.001.