El embrión de mamíferos es un sistema autoorganizado que puede desarrollarse de una manera robusta y reproducible sin necesidad de señales externas, y que puede también recuperarse después de una lesión. Así lo ilustra un trabajo reciente codirigido por Jordi Ojalvo en el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF) y Anna-Katerina Hadjantonakis en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
Usando embriones de ratón, los científicos agregaron células (mediante la implantación de células madre) o las eliminaron (por ablación láser). Los embriones respondieron cambiando el destino de las células progenitoras de manera que se restauró el equilibrio de los tipos celulares necesario para un correcto desarrollo.
Los científicos han descubierto cómo los embriones controlan su tamaño y mantienen el equilibrio entre los diferentes tejidos celulares en las primeras etapas de desarrollo.
“Utilizando un modelo matemático, hemos propuesto el mecanismo molecular que hace que el embrión sea tan robusto, y hemos identificado un factor de crecimiento, FGF4, que es clave en este proceso», dice Ojalvo.
Saiz N, Mora-Bitria L, Rahman S, George H, Herder J, Garcia-Ojalvo J, Hadjantonakis A. Growth factor-mediated coupling between lineage size and cell fate choice underlies robustness of mammalian development. July 2020. DOI: 10.7554/eLife.56079.