Cada edición anual del Informe Quiral es una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo se comunica a la sociedad una determinada temática de salud. Este año, el Informe Quiral 2018 «Mujer, salud y comunicación» se ha hecho eco del clamor social, cada vez más visible, que reivindica lograr la plena igualdad de género.
El informe, realizado por el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF), se ha marcado como objetivo analizar si los medios de comunicación incorporan la visión de género cuando informan; es decir, si incluyen datos, imágenes o informaciones que ayuden a comprender de qué manera las enfermedades afectan de manera diferente a hombres y mujeres, y qué aspectos se pueden tener en cuenta para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, atendiendo estos rasgos diferenciales.
Los resultados obtenidos del análisis de las noticias del año 2018 se han comparado con los de un estudio llevado a cabo entre 1997 y 2001. En concreto, el informe ha estudiado:
- Inclusión de la perspectiva de género en los artículos de salud
- Sesgos de género en el uso del lenguaje y las imágenes
- Presencia de mujeres expertas como fuentes de información
- Análisis de casos
- Búsquedas de Google
Podéis leer más sobre les resultados de cada apartado en la noticia en catalán.
Conclusiones
En resumen el informe concluye que:
- Los medios de comunicación han tenido, en 2018, una mayor perspectiva de género a la hora de tratar los temas de salud que hace 20 años.
- Todavía encontramos déficits en la comunicación que fomentan la desigualdad, y malas prácticas difíciles de justificar en la actualidad.
- Aunque no se han detectado casos individuales extremos de sexismo o discriminación en los medios, sí se observan demasiados olvidos -de datos y temáticas o de mujeres como fuentes expertas-, usos poco recomendables del lenguaje e imágenes que fomentan estereotipos. Los discursos son mejorables, la comunicación sigue siendo androcéntrica y sesgada.
Es importante tener presente el potencial de influencia de los medios de comunicación en la formación de opiniones y actitudes -entre la ciudadanía, los propios profesionales sanitarios, de investigación y de políticas sanitarias- y corregir estas inercias.
Los medios de comunicación tienen un gran potencial de influencia en la formación de opiniones y actitudes – por ello, hay que corregir los sesgos y estereotipos que pueden perpetuar una visión androcéntrica y sexista de la ciencia.
Recomendaciones
A la luz de estos resultados, el Informe Quiral propone una serie de recomendaciones, tanto para los profesionales del periodismo como de la comunidad médica y sanitaria:
- Dar más visibilidad a los problemas de salud de las mujeres, que estén tan presentes en la agenda mediática como los de los hombres -también en la agenda social, política y sanitaria. Cada vez que se hable de una enfermedad o problema de salud, quien lo comunica debería preguntarse: ¿son diferentes los datos sobre esta enfermedad o su tratamiento en hombres y mujeres? Si las diferencias son notables, conviene explicarlas públicamente. No sólo para hacerlas visibles, también para fomentar el conocimiento ciudadano.
- Garantizar que las voces expertas y de referencia en las investigaciones, el ámbito asistencial y la política sanitaria transmitan la realidad de unas profesiones cada vez más feminizadas. No es una tarea sencilla, porque a menudo las posiciones directivas todavía las ocupan los hombres. Por otra parte, es frecuente que quien sabe más de un tema no sea la persona con un cargo más alto, sino la que ha llevado a cabo la investigación o ha coordinado el proyecto o iniciativa que se está explicando. En estas posiciones encontramos a muchas mujeres, que deberían ser consultadas como fuentes expertas.
- Hacer un esfuerzo para que el lenguaje y el uso de imágenes abandonen progresivamente los estereotipos de género que relacionan la mujer con unos determinados roles sociales. Aunque se han de respetar los principios básicos con respecto a la legibilidad de los textos y la comprensión de la información, se recomienda introducir terminología y recursos propios de un lenguaje más inclusivo -sobre todo, abandonar el uso exclusivo del masculino. El acompañamiento de la información con imágenes también debe tener una mejor correspondencia con la diversidad de personas, las situaciones y los problemas que se explican, huyendo de los tópicos y ayudando a comprender mejor la información adaptada al contexto.
Lejos de ser un estudio exhaustivo, el informe pone sobre la mesa estas conclusiones y recomendaciones básicas para alentar la comunicación de temas de salud con más sensibilidad hacia las cuestiones de género, para responder a las necesidades reales en un contexto actual más diverso e inclusivo.