La microbiota de los recién nacidos, más allá de la madre

Un estudio internacional con participación del MELIS-UPF ha analizado el origen de la microbiota en recién nacidos y ha determinado que, mientras aproximadamente la mitad de la microbiota de los recién nacidos proviene de la madre, las otras cepas son de personas con quienes el bebé pasa mucho tiempo.

Los trasplantes de microbiota fecal ayudan a corregir las alteraciones de la microbiota intestinal de los recién nacidos en partos por cesárea. Foto de Atharva Whaval en Unsplash.

Los tractos intestinales de los fetos son estériles, pero durante y poco después del nacimiento el bebé se coloniza. La madre contribuye enormemente a la composición de la microbiota del recién nacido, con aproximadamente la mitad de las cepas bacterianas del bebé procedentes del intestino materno. Pero, ¿y la otra mitad? Esta pregunta fue la que llevó a varios equipos investigadores a su hipótesis inicial: las personas que pasan mucho tiempo con el recién nacido también le aportan microbiota.

La investigación ha sido liderada por las Universidades de Wageningen, Helsinki y Trento, con la participación del Departamento de Ciencias de la Vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF) y con Mireia Vallès Colomer como co-primera autora del artículo. Analizaron muestras fecales de recién nacidos de 3 semanas, 3 meses y 12 meses, así como las de sus madres y padres a lo largo del tiempo. Y vieron que alrededor del 20% de las cepas encontradas en los bebés procedían del padre, no de la madre. Esto significa que, independientemente del tipo de parto, las personas en contacto estrecho con el bebé contribuyen al resto de la microbiota, siendo esta una fuente estable de cepas asociada a la buena salud.

Microbiota materna, paterna… y fecal

La segunda parte de la investigación forma parte de la continuación de un estudio previo, donde se trasplantaba microbiota fecal materna a los bebés nacidos por cesárea, que representan un cuarto de los nacimientos mundiales. Los análisis han demostrado que este trasplante reduce los niveles de cepas bacterianas que podrían volverse perjudiciales hasta un año después, de manera que es una solución segura y eficaz para proporcionar a los bebés una composición microbiana más similar a la de los nacidos por parto vaginal.

Otro estudio reciente, realizado en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) de Roma, también aportó datos sobre la importancia de la microbiota paterna. En este caso, mostraron cómo ratones machos, al tomar antibióticos y laxantes, sufrían una alteración de la microbiota que terminaba afectando al esperma. Así pues, hay un eje intestino-línea germinal que afecta a las crías, ya que estas nacían con menos peso, había una mayor tasa de mortalidad postnatal y defectos placentarios. Sin embargo, el efecto es reversible, ya que al retirar los antibióticos, la microbiota volvía a una composición más sana.

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