Estamos impregnados de contaminantes: aluminio, arsénico, dioxinas, DDT, glifosfato. Los respiramos, los comemos, están en los sofás donde nos sentamos y en los juguetes con los que juegan nuestros hijos e hijas. Algunos contaminantes persistentes, a pesar de estar prohibidos desde hace años, siguen en nuestros cuerpos. Y tienen efectos perjudiciales para nuestra salud.
Éste es el inquietante mensaje de «Vive más, vive mejor: Reduciendo tóxicos y contaminantes ambientales«, el último libro del epidemiólogo del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y catedrático de la UAB, Miquel Porta. La ‘factura’, según sus palabras, que pagamos por el progreso tal y como lo entendemos.
Pero, a pesar de que los datos que presenta podrían parecer alarmistas, Porta no quiere ser pesimista, sino que nos invita a una ‘preocupación tranquila’, que nos lleve a ‘buscar nuestro propio motor de cambio’. Porque, además de ofrecer una lista (no exhaustiva) de contaminantes químicos presentes en nuestros cuerpos y sus efectos sobre la salud, nos da pistas sobre cómo ‘desintoxicarnos’. Y el secreto es, a la vez, fácil y difícil. Consiste, simplemente, en evitar estos compuestos. En este sentido, el investigador hace un llamamiento a la acción, tanto a nivel individual – no calentar comida en tuppers de plástico, comprar juguetes de madera, mirar bien lo que comemos, o dormir más – como política y legislativa. En efecto, ésta última será la que tendrá efectos mayores en la población, como ha sido ya el caso de la prohibición del plomo en la gasolina, que ha llevado a un aumento del coeficiente intelectual en niños y niñas.
‘Se necesitan más políticas de causas, y menos de consecuencias; (…) No puede ser que todo el día estemos hablando sólo de mejores diagnósticos y tratamientos… hay que invertir en la prevención»
Miquel Porta
Escrito en formato pregunta-respuesta, de forma amena pero rigurosa – haciendo referencia a numerosos estudios científicos y ponderando también sus limitaciones – el libro hace hincapié en la cronicidad de los contaminantes persistentes y en la importancia de la prevención. Por eso, Porta aboga por ‘más políticas de causas, y menos de consecuencias’.
Porta ofrece también, al final del libro, una larga lista de recursos para aquellos que quieran profundizar más – desde estudios científicos a asociaciones, guías internacionales, ¡o expertos a quienes seguir en Twitter!